de playa en playa

A poca distancia de la bellísima playa del Aquadulci, les proponemos tres breves paseos al descubrimiento de las playas y los rincones más interesantes de la zona. El primero pueden hacerlo por la mañana, si están acostumbrados a madrugar, o por la noche, con el fresco. El segundo paseo parte del último aparcamiento de Su Giudeu, al que se llega a pie desde el hotel recorriendo la playa por un cuarto de hora, o bien en coche, en pocos minutos. El tercer itinerario se desarrolla a lo largo de la carretera panorámica que comunica el hotel con el puerto de Teulada y ofrece la oportunidad de paradas y baños en las más hermosas playas de Cerdeña.

 

– A pie hacia la torre de Chia –

El nombre Su Giudeu es el del islote situado en el centro de la bahía, una gran formación rocosa coloreada por la vegetación mediterránea; pero indica también la playa a la que se asoma el hotel, considerada en su conjunto. Desde el Aquadulci se puede llegar fácilmente al mar recorriendo la pasarela que bordea la laguna. Desde aquí tendrán que seguir hacia la izquierda, por la orilla, y llegar a la parte inicial del largo arenal, limítrofe con una pequeña zona de esteros: la playa se llama del Pontile (embarcardero), por la presencia de un antiguo atraque, cuyos vestigios pueden aún reconocerse. A la izquierda, un largo cordón de arena confina con dos amplias lagunas intercomunicadas, Su Stangioni de su Sali y S’Acqua Ucci, hábitat natural de los flamencos rosa y de muchas otras especies migratorias. Si han decidido dar su paseo a la luz del atardecer, les maravillarán los colores cálidos de la playa de Campana, más allá del pequeño promontorio y de la alta duna que la separan de Su Giudeu. Más adelante, les acogerá una nueva extensión de arena dorada, no menos sorprendente, accesible tanto desde el monte Cogoni como de Sa Colonia. No se conformen con ello: dejen atrás las rocas que cierran la playa de Campana y regálense un baño en la pequeña y magnífica cala del Morto, escondida tras el monte Cogoni. Antes de tomar el camino del regreso, tienen que visitar aún el puerto, una pequeña bahía, un semicírculo casi perfecto, delimitado por el promontorio de la torre de Chia y por otro más pequeño que lo separa de la playita de Su Coldorinu. Desde aquí es fácil llegar a la isla homónima recorriendo una breve lengua arenosa bañada por aguas cristalinas: un rincón muy sugestivo, dominado por grandes rocas modeladas por la erosión marina. Les esperan en el islote los restos misteriosos de Bithia, la antigua ciudad nurágica, habitada aún en las épocas feniciopúnica y romana: un lugar mágico, en el que se siente todavía fuerte la presencia de un pasado lejanísimo.

 

– Excursión al faro –

Para llegar a la playa de cala Cipolla hay que dejar el coche en el último aparcamiento de Su Giudeu y continuar andando unos minutos. Se puede llegar al punto de partida del itinerario también a pie, yendo por la playa del hotel hacia la derecha, hasta encontrar las rocas que cierran Su Giudeu: una larga pasarela conduce a la cuesta con la que comienza el paseo. Tras una baja colina, marcada por el camino que atraviesa el promontorio del cabo Spartivento y llega al faro, entre el monte mediterráneo y las dunas pobladas de pinos y enebros, se abre una estupenda medialuna de arena clara, acariciada por las olas de un mar cristalino. La cala está abrazada por los granitos de dos promontorios, que se prolongan hacia el mar hasta formar casi una piscina natural; está perfilada por una fina franja de arena que se extiende hacia el interior, fundiéndose con la densa vegetación y con las dunas arboladas. En el espejo de agua emergen unos pocos escollos que dan un toque de color claro a la uniformidad del azul.

Abrigo utilizado desde siempre por los pescadores de la zona, la cala Cipolla es el lugar ideal donde refugiarse cuando el mistral barre estas costas. Desde la playa, un corto paseo conduce al faro del cabo Spartivento, en la cima de un acantilado: unos pasos en el fresco vespertino para ganarse el placer de un panorama realmente espectacular.

 

– En coche hacia el puerto de Teulada –

Recorrer la carretera panorámica hacia el cabo Teulada gozando de la vista de las innumerables ensenadas, de los acantilados sobre el mar, y detenerse en las playas deslumbrantes que se encuentran a lo largo del recorrido, es una experiencia imprescindible, que queda para siempre en la memoria.

Entre las muchas paradas posibles a lo largo del recorrido, debe señalarse la maravillosa bahía de Perdalonga. Un breve paseo lleva a la blanquísima playa. A su izquierda, recorriendo un sendero que sube entre la vegetación, se llega a otra pequeña bahía y a una playita. Las vistas desde el sendero, muy sugestivas, están dominadas por los colores vivos de la piscina natural que surge al fondo. Un poco más adelante puede entreverse un nuevo tramo arenoso, cerrado por un bosquecillo de enebros, en el que se puede parar para un baño antes de reanudar el camino hacia el coche.

A cerca de un kilómetro de Perdalonga se encuentra la maravillosa playa de Tuerredda, protegida por los vientos dominantes y famosa por la blancura de su arena. Frente al arenal, el islote homónimo emerge de un mar turquesa y siempre en calma. ¡Será difícil separarse del hechizo de esta perla de nuestras costas! Más allá de Tuerredda, continuando por la carretera al puerto de Teulada, tendrán aún la oportunidad de ver el cabo Malfatano, Piscinnì, y las otras innumerables bahías y playitas que jalonan este último tramo de costa antes de la meta. La playa de Portu Tramatzu, para un baño al atardecer, y el puerto de Teulada para un aperitivo antes de cenar, cerrarán del mejor modo una jornada inolvidable.

 


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